Cuando te faltan ganas: cómo no abandonar el ejercicio
Hay días en los que todo cuesta.
Te despiertas sin energía, te miras al espejo y piensas: «¿Para qué seguir si no veo resultados?».
Y lo entiendo.
Porque cuando tienes más de 50, no se trata solo de moverse, sino de creer que todavía puedes cambiar.
Y créeme: sí puedes.
A veces, lo más difícil no es el ejercicio en sí, sino encontrar la fuerza mental para entrenar con las gomas elásticas o salir a caminar cuando el cuerpo te pide «sofá».
Por eso hoy quiero hablarte de algo que va mucho más allá de rutinas o repeticiones: tu motivación. Esa chispa interior que, si la cuidas, te lleva más lejos de lo que imaginas.
- Recuerda por qué empezaste
Cuando sientas que flaqueas, haz memoria. ¿Qué te empujó a dar el primer paso?
¿Sentirte más ligera?
¿Volver a ponerte ese pantalón que ahora duerme en el armario?
¿Recuperar la vitalidad que sentías que habías perdido?
Tener claro tu «para qué» es lo que te ancla cuando todo lo demás se tambalea.
No lo olvides: cada ejercicio que haces no es un castigo, es una inversión en ti y en tu futuro.
- Acepta que no todos los días son iguales
Hay jornadas en las que te sientes con fuerza, y otras en las que apenas puedes con el día.
No pasa nada.
No necesitas hacerlo perfecto para avanzar. Solo necesitas no rendirte.
En esos días bajos, no te exijas al máximo. Haz solo lo imprescindible: una rutina suave con gomas elásticas, una caminata corta, un poco de estiramientos.
Lo importante es no romper el hábito. Porque la constancia, aunque parezca poco, es lo que marca la diferencia.
- Visualiza cómo te quieres sentir
Imagina cómo sería levantarte con energía, sin dolores, sin esa sensación de rigidez. Visualízate subiendo escaleras sin quedarte sin aliento, o mirándote al espejo con una sonrisa.
La mente necesita imágenes para creer, y tú puedes crear la tuya.
No se trata de volverte una atleta, sino de vivir cada día con más soltura, más alegría y más confianza en ti.
- Rodéate de lo que te inspira
Una música que te active, una frase que te motive, una historia que te recuerde que no estás sola.
Ponlas a la vista. Escríbelas en un papel y pégalas en el frigorífico o junto a tu cama.
Y si te ayuda, cuéntamelo. Estaré encantado de acompañarte en este camino.
Porque en Norterapia no busco que te transformes en otra persona. Solo quiero ayudarte a recuperar esa versión de ti que sigue ahí, esperando salir.
- Celebra cada paso, por pequeño que sea
¿Has hecho tu entrenamiento, aunque no tenías ganas? ¡Bien! ¿Has elegido moverte en lugar de quedarte en el sofá? ¡Bravo!
Cada decisión que tomas a favor de tu bienestar es un logro.
No esperes a verte diferente para sentirte orgullosa. Empieza hoy a celebrar que estás eligiendo cuidarte. Porque eso es el mayor acto de amor propio que puedes hacer.
En resumen…
Superar los días de bajón no es cuestión de fuerza, sino de enfoque.
Tú no necesitas entrenar más fuerte, sino conectar con lo que te mueve de verdad: tu deseo de sentirte bien, de vivir con más ligereza, y de disfrutar de cada etapa con plenitud.
No estás sola. Y nunca es tarde.
Si pasas de los 50 y quieres verte y sentirte mejor, ¡ponte en marcha ya!