Si ya has dado la vuelta al jamón...
PONTE EN MARCHA
No sé si conoces la expresión “dar la vuelta al jamón”.
Se refiere a las personas que están en la segunda mitad de su vida. Me parece una analogía genial del tiempo vivido.
¿Es tu caso?
Puedes hacer un cálculo sencillo. La esperanza media de vida en España en 2024 es de 84 años. La mitad de 84, son 42. Facilito.
Eso implica que si tu edad es igual o superior a 43 años…tachaaaaan ¡¡has dado la vuelta al jamón!!
Ese es mi caso desde hace más de 10 años…soy del 68. Echa cuentas.
Si tú también has dado la vuelta al jamón, significa que tu tiempo disfrutado supera el futuro que te queda por delante.
¿Te asusta esa realidad?
No debería preocuparte si te sientes bien y te gusta cómo te ves. Disfrutas de una fase fascinante de la vida, igual o más que tu juventud. Ese es mi caso.
Pero si no es así y notas el peso de la edad, te quedan muchos años por vivir con una calidad de vida mediocre en el mejor de los casos. En este caso, PONTE EN MARCHA…cuanto antes.
Vamos al lío.
A partir de cierta edad, es muy bueno hacer balance. Te propongo un ejercicio: pregúntate CÓMO TE VES y CÓMO TE SIENTES respecto a hace 10 años.
Si te sientes más joven y con más energía que 10 años atrás, el servicio que ofrezco no te interesa. Te lo digo para que no pierdas el tiempo. No sigas leyendo.
Por el contrario, si quieres mejorar tu aspecto y sentirte mejor esto te interesa.
Algunos pensamientos que manifiestan tu insatisfacción respecto al “cómo te ves” son del tipo:
“Temo ir a comprarme ropa porque nada me queda bien”
“Soy incapaz de quitarme la tripa cervecera”
“He probado varias dietas, pero no me quito las lorzas”
“Me siento incómodo en la playa porque no quiero que me vean sin camisa”
“Me da vergüenza ir al gimnasio porque siento que todos me miran.”
“No me atrevo a usar ropa ajustada porque noto que se marcan los michelines.”
“Me cuesta mucho ligar porque me siento inseguro con mi apariencia.”
“Mis brazos están flácidos y odio usar camisetas de manga corta.”
«He engordado y no me reconozco casi en las fotos”.
«Quisiera tener las piernas más tonificadas, pero no sé cómo lograrlo.»
Y esto es solo una pequeña muestra, pero quizás te reconozcas en alguna o en varias de ellas.
Si no te gusta “cómo te sientes” es habitual pensar cosas como estas:
“Juego en el parque un cuarto de hora con mi nieto y me agoto”
“Cada vez me cuesta más cargar con las bolsas de la compra”
«Subo las escaleras y me quedo sin aliento»
«Los paseos largos me dejan dolorido y agotado»
«Me duele la espalda después de estar de pie un rato»
«Siento que he perdido fuerza y agilidad»
«Me cuesta levantarme del sofá sin esfuerzo.»
“Las tareas del hogar me dejan agotado.»
«No tengo la energía suficiente para disfrutar de actividades al aire libre.»
«Siento que he perdido flexibilidad y me cuesta agacharme.»
Estos pensamientos son una señal de que hay algo en nosotros que no va bien. Y eso es aplicable tanto para hombres como para mujeres.
Si te sientes avutarda o comadreja, también.
Por cierto, si hiperventilas cuando alguien no utiliza “lenguaje inclusivo”, tengo una mala noticia para ti: no voy a perder el tiempo usando esa forma tan absurda y hortera de comunicarme contigo.
Si no te importa ese matiz, sigue leyendo porque te interesa lo que te voy a contar.
Es frecuente pensar que a medida que cumples años lo normal sea echar barriga, que te vuelvas más torpe y empiecen a dolerte partes del cuerpo que ni siquiera sabías que existían.
Te hablo del famoso “es lo que toca” o “qué le vamos a hacer”. No me gustan ese tipo de expresiones porque suponen la aceptación de la adversidad, de la derrota. Es bajar los brazos y no hacer nada.
Pero la buena noticia es que una creencia generalizada no tiene por qué ser verdad. Y en este caso, es totalmente falsa.
Apunta esto porque es muy importante: Tus hábitos van a determinar cómo te vas a ver y cómo te vas a sentir.
Habrás escuchado y leído, que debemos llevar “hábitos saludables”. Mil veces. Hay que moverse, comer sano, descansar bien, no estresarse. Todo perfecto.
Pero si hay un hábito que destaca sobre los demás por su efectividad, es el ejercicio físico.
Si tienes más de 50 años, hacer ejercicio físico no es una opción es una obligación.
El ejercicio físico debe formar parte de tu vida, sí o sí.
Tal cual.
Y aunque parezca mentira, muchas personas no son conscientes de ello. Tenemos una tasa brutal de sedentarismo en España: más del 30% de la población mayor de 50 años hace menos de 10 minutos de ejercicio al día.
Espero que no sea tu caso. Por tu bien.
Y ahora viene la buena noticia: la solución está en tu mano, depende de ti.
Y en este preciso momento es cuando aparece el “tonto motivado” que todos llevamos dentro. En un arrebato de querer arreglar en un minuto el problema que arrastramos desde hace años, tomamos una firme decisión del tipo:
“Mañana sin falta voy a apuntarme a un gimnasio”
“A partir del lunes me levanto a las 7 y empiezo a correr”
“Todos los días voy a salir a caminar a buen ritmo una horita”
Así, sin planificación previa y sin un objetivo concreto. Esos “prontos” duran días, un mes en el mejor de los casos. Y “tú lo sabes”, como diría el gran Julio…jajajajaja.
La clave está en que debes hacer ejercicio de una forma planificada, con constancia y disciplina.
Te podría un mensaje atractivo del tipo “ponte en forma con 15 minutos de ejercicio al día, dos días a la semana” o “programa para tener un físico envidiable sin apenas darte cuenta”.
No es mi estilo porque no vas a tener resultados, que es lo que yo quiero.
Y en esto quiero ser muy claro: hacer el ejercicio físico un hábito requiere COMPROMISO y ESFUERZO por tu parte.
En esto, como en tantas cosas que merecen la pena, no hay atajos. La recompensa llega, te lo aseguro, pero no en una semana ni en dos.
¿merece la pena ese compromiso y ese esfuerzo?
NI TE LO IMAGINAS: El ejercicio físico te va a cambiar la vida
Ten en cuenta que una vida activa es lo mejor que puedes hacer por ti de cara a mejorar tu calidad de vida. Lo he vivido en primera persona.
¿Qué tipo de ejercicio debo hacer para verme y sentirme mejor?
Tradicionalmente han existido dos bandos: el bando “cardio” y el bando “pesas”.
El “bando cardio” afirmaba que lo ideal era correr, hacer bicicleta, natación… Todos ellos son los llamados “ejercicios aeróbicos”.
El “banco pesas” dedicaba su tiempo a levantar “hierros”, como se decía antes. Entrenamiento de fuerza puro y duro.
Pero no todo es blanco o todo es negro. Se ha demostrado científicamente que lo mejor es hacer un mix de ambos. Lo ideal es combinar un ejercicio aeróbico con un entrenamiento de fuerza.
Es lo que llevo haciendo más de 25 años. Y resulta que me veo y me siento muy bien para la edad que tengo.
El ejercicio físico que hago para verme y sentirme bien es lo que quiero compartir contigo. No es algo que haya leído o que me hayan contado. Es algo que experimento en carne propia durante 6 días a la semana, las 52 semanas del año.
Mi entrenamiento es completo porque combino marcha nórdica (el ejercicio aeróbico ideal para mayores de 50 años) con entrenamiento de fuerza.
Disfruto mucho haciendo ejercicio y eso es lo que quiero que tú logres. Que entrenar no sea un suplicio, sino uno de los mejores momentos del día. Cuando tengas el hábito de hacer ejercicio físico te faltará “algo” el día que no salgas a entrenar. Tenlo por seguro.
Lo tienes al alcance de la mano.
Tú salud es lo más importante que tienes, así que PONTE EN MARCHA YA.
Si tienes más de 50 años
¡PONTE EN MARCHA!
Te ayudo a llevar un estilo de vida activo desde cero, para verte y sentirte mejor cada día.
¿En qué consiste la Marcha Nórdica?
Es un ejercicio físico que se originó en Finlandia en la década de 1930 con el objetivo de servir de entrenamiento a los esquiadores de fondo profesionales durante el verano.
Se basa en el uso de unos bastones especiales que están diseñados para caminar, similares a los del esquí de fondo. Su finalidad es servirnos de propulsión mientras caminamos, con lo que además de movilizar las piernas se activan los músculos de la parte superior del cuerpo.
Trabaja todo el cuerpo, con lo que podemos consumir hasta un 40% más de energía que al realizar una caminata convencional.
¿Quién puede practicarla?
Cualquier persona puede practicar la Marcha Nórdica, puesto que los niveles de intensidad son totalmente adaptables. Los paseos suaves son los indicados para personas que tengan ciertos problemas de movilidad, pero también podemos entrenar a elevada intensidad si pretendemos participar en pruebas competitivas.
Sea cual sea la edad y condición física de quien la practique, la Marcha Nórdica es una forma muy eficaz de mejorar nuestro estado físico y tonificar todo el cuerpo.
¿Qué beneficios te aporta la Marcha Nórdica?
La mayoría de los beneficios se producen a NIVEL FÍSICO
- TRABAJAS EL 90% DE TU MUSCULATURA, al estar implicados tanto el tren superior como el inferior
- TE AYUDA A PERDER PESO, al tratarse de un deporte eminentemente aeróbico
- MEJORA TU CIRCULACIÓN SANGUÍNEA porque implicas a todo tu cuerpo en el ejercicio
- MEJORA TU CAPACIDAD PULMONAR, fruto del ejercicio aeróbico que realizas.
- MEJORA TU POSTURA CORPORAL, al adoptar un patrón ideal de caminar
- RELAJA TENSIONES en la nuca, hombros y espalda, al colocar correctamente nuestro cuerpo
- REDUCE EL IMPACTO EN LAS ARTICULACIONES, al repartir la carga corporal
- PREVIENE TU DETERIORO COGNITIVO a través de la estimulación del ejercicio físico en el cerebro
Además tiene un impacto positivo a NIVEL EMOCIONAL
- AUMENTA TU BIENES EMOCIONAL, al ser una actividad que se realiza al aire libre
- MEJORA LA AUTOESTIMA, al practicar la marcha adoptando una postura erguida
- TE AYUDA A DESCONECTAR de tus problemas cotidianos
- MEJORA TUS RELACIONES SOCIALES mediante el contacto con otras personas
¿Qué ventajas tiene respecto a otros deportes?
Necesitas una inversión muy pequeña en material: bastones específicos y ropa deportiva cómoda…nada más!
Lo puedes practicar en cualquier época del año, siempre y cuando estés adecuadamente equipado.
Es un deporte que no requiere una instalación deportiva específica, con lo que puedes hacer Marcha Nórdica en cualquier lugar: montaña, playa, ciudad, parques, etc.
No requiere una buena condición física previa, con lo que se puede practicar a cualquier edad.
Fortalecer tus músculos es
imprescindible a partir de los 50 años
Esta es mi historia...
Mi historia no es la de un superhéroe, ni la de un mago con una varita mágica, pero sí la de alguien que ha convertido algo que le apasiona en su forma de ganarse la vida.
Nací en Madrid en 1968.
Cuando tenía 5 años, nos trasladamos a vivir a Alcalá de Henares (Madrid). A un barrio humilde, lleno de familias jóvenes con ilusión por iniciar una nueva vida. Mis padres, para mí unos auténticos héroes, trabajaron sin descanso para darnos lo mejor a mí y a mi hermana.
De niño era igual a cualquier otro chaval de la España de los 70. Como me gustaba estudiar no tenía problemas para aprobar. Jugábamos siempre en la calle, con las rodillas y los codos llenos de costras, descubriendo el mundo a base de golpes, caídas y risas. Era lo normal en aquella época. Lo mismo te suena todo esto.
Leer es de las poquitas cosas que considero imprescindibles. Empezar un nuevo libro tiene algo de mágico. En mi caso, siempre en papel. Nada supera el tacto y el olor de sus páginas.
Fui de los que…
de niño veían “Mazinger Z” o “Los payasos de la tele”,
años después, “Aplauso” y “Tocata”,
de los que sacaban a bailar a chicas cuando ponían “lentas” en la disco,
de disfrutar de noches infinitas durante la movida de los 80,
de los que llamaban a su novia desde una cabina,
¡Qué buenos tiempos!
Con una licenciatura en Ciencias Económicas bajo el brazo y el deseo de ganarme la vida, tuve varios empleos mientras estudiaba. Quería pagarme de mi bolsillo las fiestas del fin de semana y mis primeros viajes. Me hacía sentir muy bien.
Con 30 años firmé un contrato para trabajar en una gran empresa pública. Me sentía feliz porque había conseguido un buen puesto de trabajo y una supuesta “seguridad”.
Pero con el paso del tiempo, el centro de trabajo se convirtió en mi particular “Mordor”. Por seguir con el símil, el único anillo que nos gobernaba a todos era “fichar”. Se palpaba en el ambiente la apatía, el aburrimiento y la desmotivación. Todos los días eran exactamente iguales.
Después de ocupar durante 15 años un puesto directivo, tenía la certeza de que estaba malgastando los mejores años de mi vida a cambio de una nómina. Era un buen salario, pero se trataba simplemente de eso: dinero. No me compensaba.
Fue el ejercicio físico lo que me ayudó a encontrar una solución. Es curioso, pero las mejores ideas se me han ocurrido dándome mucha caña en la naturaleza.
Había una idea recurrente que aparecía en mi cabeza todos los días: aquella situación tenía fecha de caducidad. No sabía la fecha concreta, pero era seguro que aquel ciclo iba a concluir.
En 2018, hice las maletas (no solo metafóricamente) y dejé Mordor atrás, decidido a combinar mi deseo de trasladarme al NORTE de España y difundir la TERAPIA que para mí suponía hacer ejercicio al aire libre.
Nació NORTERAPIA como una agencia de viajes online especializada en actividades en la Cordillera Cantábrica. Todo parecía perfecto hasta que 2020 trajo un descalabro brutal: la pandemia.
Todo mi proyecto se fue al garete, no solo por el gran impacto de la pandemia en el turismo, sino por mis propios errores al diseñar el proyecto. Lo mejor fue que aprendí mucho de ellos, aunque tuve que empezar de cero de nuevo. Vuelta a la casilla de inicio.
Panorama gris, gris oscuro, casi negro.
Pero no me gusta paralizado lamiéndome las heridas. Si quieres un cambio importante tienes que mover ficha.
Fue en 2021 cuando entra en escena la Marcha Nórdica. Hice diferentes formaciones técnicas en escuelas privadas y me enganchó desde el primer momento.
Descubrí que tenía un potencial brutal, principalmente porque cualquier persona que puede caminar puede hacer marcha nórdica, independientemente de su capacidad física y edad.
¡Era una bomba!
Tenía que divulgar a todo el mundo aquel diamante en bruto que había encontrado, con lo que dediqué un año más a obtener la única titulación oficial que permite dar formación de Marcha Nórdica.
Inmediatamente rediseñé NORTERAPIA, como un espacio destinado a todas aquellas personas de más de 50 años, que necesitan hacer ejercicio pero que no saben por dónde empezar.
Soy consciente de lo que le cuesta a mucha gente de mi generación hacer ejercicio. A menudo, no se ven capaces y ni siquiera lo intentan. Espero que no sea tu caso, por tu bien.
Me resulta muy sencillo comprender y comunicarme con personas entre 50 y 70 años porque sus vivencias y su forma de entender la vida es similar a la mía. Me focalizo en ese rango de edad.
Tenemos creencias muy diferentes de las que tienen personas de 25, 30 o 35 años. A menudo, me siento a años luz de ellos.
¿En qué punto estoy ahora?
Actualmente vivo en un paraíso llamado Cantabria con Isabel, la mejor compañera de viaje posible, y con Bico, el perro más guapo del mundo. Al menos, para nosotros.
Afortunadamente me dedico a hacer lo que me gusta: ayudar a personas mayores de 50 años a verse y sentirse mejor llevando un estilo de vida activo.
Lo hago desde mi experiencia como Entrenador de Marcha Nórdica y, aún más importante, desde mi vivencia personal, como alguien que ha experimentado en primera persona el impacto positivo que el ejercicio físico puede tener en tu vida.
Me veo bien físicamente y me siento muy en forma para la edad que tengo. No lo tomes como un signo de arrogancia. Sencillamente, es mi verdad.
Soy un tipo normal y corriente, bastante disciplinado y perseverante. No tiene mayor secreto.
Me gustaría servirte de inspiración para que tú puedas lograrlo también.
Es algo que está al alcance de cualquier persona. Eso sí, debes comprometerte contigo mismo y ser constante. Aquí no valen los atajos.
Ya termino.
Mi intención no es simplemente contarte mi historia, sino invitarte a ser parte de ella.
Si quieres que te acompañe para verte y sentirte mejor, cuenta conmigo.