Nací en el 68 y nunca he sentido que los años me resten vitalidad ni me sumen kilos. ¿La razón? He hecho del ejercicio un hábito constante en mi vida. Gracias a ello, hoy me encuentro ágil, fuerte y con más energía que muchas personas más jóvenes que yo.
No se trata de resignarse al paso del tiempo sino de cuidar lo más valioso que tenemos: nuestro cuerpo. Para mí, es un acto de responsabilidad contigo y con las personas que te quieren.
Por eso decidí dedicarme a ayudar a mujeres que son conscientes de que deben moverse más para mejorar su salud y su aspecto físico, pero que creen que ya es tarde para empezar o no saben por dónde hacerlo.
Me especialicé en marcha nórdica y entrenamiento adaptado para mujeres a partir de los 45, desarrollando un método paso a paso, realista y basado en la constancia. No tiene fórmulas mágicas sino resultados visibles que transforman cómo te sientes y cómo te ves.
Ayudo a mujeres como tú a volver a sentirse a gusto con su cuerpo y ganar fuerza y agilidad para disfrutar al máximo de cada día.
Mi programa no es teoría ni promesas vacías. Está basado en lo que yo mismo llevo más de 20 años practicando y que sé, por experiencia propia, que funciona.
No tienes que creerme a ciegas. Solo necesitas darte la oportunidad de intentarlo, comprometerte contigo misma y dar ese primer paso.
Cuando lo hagas tu vida dará un giro: te verás mejor en el espejo, te sentirás más ágil y tendrás más vitalidad.
Me encantaría estar a tu lado cuando esto pase.
La marcha nórdica es mucho más que caminar con bastones: activa todo tu cuerpo, mejora tu postura y libera tensiones mientras disfrutas del aire libre. Es un ejercicio suave pero muy completo, perfecto a partir de los 45, aunque lleves tiempo sin moverte y empieces desde cero.
El entrenamiento de fuerza es clave para mantener la agilidad y evitar la pérdida de músculo con los años. En mi método lo trabajamos de forma sencilla y adaptada, con ejercicios suaves que puedes hacer en casa y que te harán sentir más fuerte y segura en tu día a día.
Porque, en general, sois vosotras quienes más conectáis con la necesidad de cuidaros, de gustaros frente al espejo y de ganar en salud. Lo veo constantemente: muchas mujeres entre 45 y 65 años sienten que ha llegado el momento de priorizarse. Y buscan hacerlo sin machacarse ni frustrarse en el proceso.
A los hombres, en cambio, y lo digo como hombre que soy, nos suele costar más dar ese paso. A veces por orgullo, otras por prejuicios o simplemente por vergüenza.
Por eso me enfoco en mujeres: porque estáis más abiertas a este tipo de cambio y a sentiros acompañadas. Pero si algún hombre se siente identificado y quiere sumarse, será más que bienvenido….¡faltaría mas!
