Beber agua es el gesto más simple para rendir más al hacer marcha nórdica
¿Sabías que la fatiga, los mareos o el dolor de cabeza después de una sesión de marcha nórdica no siempre se deben a tu edad ni al cansancio? A veces, simplemente, no estás bebiendo suficiente agua.
Si has empezado a practicar marcha nórdica —o estás valorando hacerlo—, hay un detalle que muchas veces pasa desapercibido, pero que puede marcar una gran diferencia en cómo te sientes durante y después de cada sesión: tu hidratación.
Hoy quiero explicarte por qué el agua puede ayudarte a recuperar vitalidad y sentirte más ligera, con más energía y menos molestias.
1. El agua te da energía, aunque no lo creas
Puede que te suene extraño, pero incluso una pequeña deshidratación puede hacer que te sientas más cansada, lenta o incluso de mal humor. Y lo peor: muchas veces ni te das cuenta.
Cuando haces marcha nórdica, tu cuerpo activa un montón de procesos para ayudarte a moverte con eficiencia.

Si no le das el agua que necesita, va a funcionar a medio gas. ¿El resultado? Terminas agotada y con esa sensación de que el ejercicio «te deja hecha polvo».
Pero si te hidratas bien antes, durante y después de caminar, notarás que tu cuerpo responde mejor, te sientes más ligera y terminas con mejor cara y mejor humor.
2. Protege tus articulaciones
A partir de los 50, nuestras articulaciones se vuelven más sensibles. Es posible que hayas notado molestias en las rodillas, la cadera o la espalda.

Pero ¿sabías que el agua es importante para protegerlas?
Una buena hidratación lubrica las articulaciones, reduce el riesgo de lesiones y ayuda a que el impacto del movimiento sea más suave. En otras palabras: si bebes poca agua, es más probable que te duelan más las rodillas. Así de claro.
Y cuando algo duele… ¿verdad que dan menos ganas de repetir?
3. Ayuda a eliminar toxinas y sentirte menos hinchada
Uno de los mayores beneficios de la marcha nórdica es que activa tu circulación y ayuda a movilizar grasa.
Pero para que tu cuerpo elimine toxinas y residuos, necesita agua. Sin ella, los procesos se ralentizan… y tú te sientes más hinchada y pesada.
Muchas mujeres piensan que retienen líquidos por beber «demasiada agua», cuando en realidad pasa justo lo contrario: el cuerpo retiene porque no tiene suficiente. Si empiezas a beber con más constancia, notarás que vas más ligera, con menos pesadez en las piernas y una mejor sensación general.
4. Mejora tu digestión y te ayuda a regular el apetito
Si estás haciendo marcha nórdica para recuperar tu figura, esto te va a interesar: muchas veces confundimos sed con hambre. Esa necesidad de picar algo entre horas a veces se calma con un buen vaso de agua.

Además, el agua mejora la digestión y ayuda a que tu metabolismo funcione de forma más eficiente. Si la combinas con la marcha nórdica, estás lanzando a tu cuerpo un mensaje claro: “Quiero que me dures mucho y en buenas condiciones».
5. Beber agua también es una forma de cuidarte
Sé que llevas muchos años cuidando de los demás. Pero ahora es momento de empezar a cuidarte a ti.
Beber más agua no requiere grandes esfuerzos ni sacrificios. No hay que contar calorías, ni pasar hambre, ni ir a un gimnasio.
Solo necesitas tener una botella a tu lado, y dar ese pequeño sorbo que, aunque parezca simple, es un acto de autocuidado.
Consejo práctico Norterapia: Antes de salir a caminar con tus bastones, bebe un vaso de agua. Lleva siempre contigo una botellita (mejor si es reutilizable) y da pequeños sorbos cada 15-20 minutos. Al terminar, hidrátate otra vez. Si hace calor, aún más. Y si no tienes sed… igualmente bebe. Tu cuerpo te lo agradecerá.


